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Memoria, mente y mano

Hace un tiempo mi hijo de 4 años me sorprendió haciendo algunas sumas que imagino que estarán aprendiendo en el cole. Digo que lo imagino porque, aunque le pregunte, las pocas veces que me cuenta lo que hacen en el cole creo que se lo inventa para que no le pregunte más. Pocos días más tarde, vi utilizaba los dedos para hacer nuevas sumas. Y pensé que sería bueno comprar un ábaco para aprender juntos. Como llevo una temporada obsesionado con la cultura japonesa, se me ocurrió que podría comprar un ábaco japonés o soroban (そろばん, 算盤). Nunca tuve uno, ni sabía gran cosa de él, pero me sonaba haber visto un vídeo de la BBC sobre el regreso del ábaco a las escuelas de Japón.

En el vídeo un profesor de soroban menciona que originalmente el ábaco se veía exclusivamente como una herramienta de cálculo y que ahora se ve como una herramienta de desarrollo cognitivo. Mejora tres habilidades: el cálculo, la memorización y la concentración. Estas dos últimas son las que más me interesan.

Después de trabajar más de 10 años en proyectos de aprendizaje y educación, he presenciado muchos debates sobre cómo mejorar la forma en que enseñamos a niños y a adultos, en las aulas y en el trabajo. Y he leído todo tipo de opiniones al respecto. Mi sensación es que dos de las opiniones que suelen resolver (o estancar) estos intercambios son “¿para qué quieres que recuerden algo si pueden googlearlo?” y “¿para qué sirve enseñarles esta(*) habilidad si ahora eso lo hace un ordenador?”. La tecnología al rescate. ¿O al ataque? Eso es tema para otro artículo.

La memoria tiene mala prensa porque durante mucho tiempo la forma de evaluación ha incentivado la memorización temporal. Es decir, si me vas a preguntar si tengo o no tengo una pieza de información, meteré todas las piezas de información que pueda y las escupiré en el examen. Luego no volveré a pensar o a usar esa información y el recuerdo que tendré será mínimo o nulo. Así es como muchas veces recordamos únicamente el nombre de alguna cosa que hemos estudiado y nada más. Y a esto lo llamamos estudiar de memoria.

Pero la memoria es mucho más que conocimiento. Las personas tienden a pensar que reaccionamos a lo que sucede en el mundo. Pero lo que realmente está sucediendo es que nuestro cerebro recurre a la experiencia y la memoria acumulada, construye lo que cree que es la realidad, la cruza con los datos sensoriales que le llegan del corazón, los pulmones, el metabolismo, el sistema inmunitario y el mundo que le rodea, y la ajusta según sea necesario.

En realidad toda nuestra experiencia consiste en predicciones en base a lo que conocemos. Sin memoria no podemos construir el mundo que percibimos.

En el vídeo se menciona también que los movimientos de la mano crean una conexión mente-cuerpo que hace del cálculo un proceso activo y atractivo. Y esto es algo de lo que se habla cada vez menos a medida que nos hacemos mayores. O incluso, se ve como algo malo, tienes que ser capaz de calcular con la mente. Claro, si tienes 20 años y no puedes sumar dos cifras sin usar las manos, es una cosa, pero si usas tu mano como método para hacer cálculos complicados es otro asunto. Usar las manos para pensar, o para acompañar el pensamiento, es algo que podemos ver en muchas actividades como garabatear mientras hablas o escuchas, para meditar y concentrarte, en muchos juegos que requieren concentración, al pensar la música, etc.

“Se dice que la mano es la parte visible del cerebro, mover los dedos y las manos activa el cerebro.”

Por último, en el vídeo se menciona un tema fundamental, una profesora dice “Además de la habilidad matemática, el ábaco ayuda a desarrollar la capacidad de concentración.” “creo que la facilidad para memorizar es fruto del capacidad de concentración”. La concentración es una de las capacidades que más hemos deteriorado en el mundo digitalizado y repleto de información en el que vivimos. La sobreexposición de información visual reduce nuestra capacidad de concentración.

“El objetivo último del ábaco es aprender a calcular mentalmente visualizando el ábaco en tu cabeza.”

He investigado algunos recursos didácticos con el ábaco (abajo en las referencias). Contaré más a medida que aprendamos.

Aquí el vídeo:

Referencias