Métodos de aprendizaje
A los 10 u 11 años, después de mucho insistir, me apuntaron a mi primer curso de computación. En una especie de oficina en la calle 9 de Julio de Cipolletti, mi ciudad natal. Era un local extraño para dar clases, pensaba yo. No había espacio para sillas, ni pizarras, como las aulas a las que estaba acostumbrado. Parecía una inmobiliaria o la oficina de la distribuidora de gas, pero no un sitio de aprendizaje. Un espacio principal con varios escritorios y en cada uno, un flamante ordenador y un par de sillas. Pensándolo bien, los ordenadores, allí computadoras, eran casi literalmente flamantes. Al encenderlos se iluminaba el lugar con una llama de un solo color, ámbar. Pantallas enormes de fósforo amarillo que te disparaban con la fuerza de diez soles directos a tu cerebro. Fue allí donde empecé a entender qué hacía cada palabra de los textos que incluían las revistas y los libros de nerds de esa época. Eran programas escritos en BASIC. Y ese fue mi primer lenguaje de programación.
Lo más curioso de esta academia no era su diseño sino su método. La clase se dividía en dos partes, has adivinado, la teoría y la práctica. La teoría consistía en copiar en tu propio cuaderno una lección, incluidos los ejemplos de código y ejercicios, de una carpeta bastante gruesa, con hojas A4 en fundas de plástico (folios). Una vez que demostrases a los profesores que lo habías copiado podías ir con tu cuaderno al ordenador, si había alguno libre. Y con el ordenador encendido, debías iniciar DOS desde un diskette de 5¼ y cambiar de diskette por el que guardabas tu código para guardar lo que hicieras ese día. Entonces, primero debías probar los ejemplos de código y luego resolver los ejercicios. A medida que completabas las tareas o si tenías dudas llamabas a los profesores par que te ayudaran. Todo estaba pensado como un recurso limitante. La carpeta con las lecciones, los ordenadores y los profesores. Restringir el acceso al material, parecía la receta del lugar. Un método absolutamente industrial. Como dice Seth Godin: “El industrialismo se basa en la escasez… Si es tuyo, no es mío.”
No tardé mucho en hackear el sistema. Leer en vez de copiar la lección, hacer fotocopias, empezar directamente probando cosas en el ordenador, saltarme capítulos, etc. Y tal vez eso es tema para otro post, la única reflexión que quería contar hoy es que seguimos diseñando sistemas de este tipo, están por todas partes, y parecen resurgir. Especialmente cuando se trata de difundir conocimiento, deberíamos utilizar el enfoque opuesto.